Loading...

 

Innovar, dado que es un verbo, implica la necesidad de un sujeto y un objeto. El objeto puede estar más o menos claro si lo asociamos a la Innovación, al hecho concreto, a lo conseguido. Pero el tema puede resultar más complejo cuando nos referimos al sujeto. ¿Quién es el sujeto? Para ello, siguiendo con la gramática, nos preguntamos “¿quién innova?”. Respondamos: innova el Innovador. ¿Pero es así de sencillo? La discusión no es solamente semántica, frívola o innecesaria. Podría parecerlo pero tiene su importancia ya que de su respuesta se deriva el inicio, la chispa, el primer paso en el proceso innovador. Veamos un ejemplo cotidiano (es bueno que aportemos ejemplos de la vida sencilla y alejados de las innovaciones “estelares” para así, acercar el fenómeno a lo diario): “abre fácil de las latas de conserva”. No hace tanto las latas se abrían con abrelatas y ahora, muchas, tienen el sistema de solapa adhesiva que lo cierra. La Innovación: “el abre fácil” El Innovador: ¿¿?? ¿Ha sido el equipo de I+D+i de la empresa que lo generó, el sujeto innovador? ¿Ha sido el mercado, los clientes, los que han solicitado una forma más fácil, sin necesidad de aparatitos o herramientas? Veamos el posicionamiento en cada caso:

  • Si  el sujeto ha sido el innovador (el equipo): Elegirá un posicionamiento push o con algún ingrediente de pull proveniente del mercado.
  • Si el sujeto ha sido el mercado: solamente cabe un posicionamiento pull.

¿Verdad que no es indiferente el posicionamiento? Aquí quiero llegar, a la necesidad de, durante la Reflexión Estratégica, definir claramente quién va a ser el sujeto innovador, si vamos a tener un equipo interno que desarrolle innovaciones (incluso escuchando al mercado) o va a ser el mercado el que nos marque las innovaciones. Como en tantas cosas y ocasiones entre el blanco y el negro hay una gran cantidad de matices grises. Mi posición es la siguiente:

  • El sujeto es el mercado
  • El innovador es un vehículo, un medio más
  •  El camino es sistemático de “ida y vuelta”

Para que el mercado sea el sujeto se requiere que el innovador esté en contacto sistemático con aquél, no sólo de las demandas reales, también de las ocultas o potenciales. El sujeto debe ser una mezcla del innovador y del cliente. Incluyo un vídeo en el que reflexiono sobre estos temas a partir de los contenidos de mi última publicación Innovación, innovadores y empresa innovadora¿Quién crees tú que innova, el innovador o el mercado?

Deja un comentario