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Los departamentos de rrhh de las diferentes empresas buscan talento. Estamos ante ecosistemas totalmente innovadores donde los profesionales deben "saber ser" y "saber hacer". Se valora a aquellas personas que han centrado sus energías en desarrollar sus habilidades; por esa razón, cuando fluye el talento también lo hace el trabajo y el capital inversor.

El talento da resultados por encima de la media. Las personas talentosas tienen más oportunidades dentro y fuera de la empresa, realmente son profesionales muy solicitados porque tienen una buena síntesis de aptitud y actitud.

Las compañías o empresas se preocupan por vertebrar cadenas de inspiración. De hecho, lo más complejo es gestionar el no-talento porque este tipo de personas de conocimientos fijos suele tener competencias débiles y una actitud desmotivada. Este tipo de personas no suma porque repiten fórmulas viejas y reclaman motivación permanente.

1. Salir de la mediocridad

Por norma, el talento llama al talento y la mediocridad a la mediocridad. Obviamente, salir de esta es posible desde la autoexigencia. Entendemos por autoexigencia aprender y cambiar. Por esa razón, hay que tener en cuenta que la empresa busca desesperadamente el talento como un atributo diferencial de su marca.

Además, las organizaciones que tienen talento son dinámicas porque la gente entra y sale. Hay un flujo constante. Realmente, hay que empezar a preocuparse cuando en las empresas nadie se va, según indica Xavier Marcet en su blog.

2. Marca personal

Como reconoce Eva Collado Durán, consultora estratégica, formadora y conferenciante, un profesional debe ser consciente del desarrollo de su propia marca personal y trabajar una estrategia clara para su posicionamiento en el mercado offline y online. Debe preocuparse por diseñar un plan de comunicación personal y elegir los canales que le son útiles con maestría.

Cuando se es consciente de la importancia e impacto de la marca se deben usar medidas correctoras para mantenerla en el tiempo y convertirse en un excelente profesional de referencia. La marca debe ser sólida y creíble si quiere ser contratado.

3. Manejo de las debilidades

Un profesional sabe muy bien lo que vale su trabajo y tiene claro el precio de sus servicios. Es fundamental hacerse respetar en el entorno laboral y diferenciarte por lo que sabes hacer.

El conferenciante, Francisco Alcaide, añade que "la gente de éxito no dedica ni un minuto a sus carencias y dedica su energía a aquello que saben hacer".

4. Innovación y generar nuevas tendencias

Los profesionales talentosos no se conforman con lo que ocurre en su sector, por esa razón investigan e incorporan nuevas tendencias. Para sumar nuevo valor o su know-how es necesario que sean creativos y estén innovando de forma permanente según Xavier Ferras citando a Guillermo Dorronsoro, decano de Deusto Business School y profesor de Innovación.

Cuando buscan empleo lo hacen con un objetivo claro y definido que se adapte a sus competencias y cualidades. Para la empresa también es más fácil identificar a aquella persona con una proyección clara y un interés por despuntar en su profesión. Las personas que crecen hacen crecer a las empresas, porque el capital humano es sumamente valioso.

 

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