Una primera situación la podemos tener a la hora de contemplar el origen del propio Conocimiento y que, a su vez, podemos tomarlo como fuente directa de información para captarlo.
Si definimos el Conocimiento Tácito como el conocimiento práctico, difícilmente parametrizable, basado en la experiencia o el “saber hacer” personal y definimos el Conocimiento Explícito como el que es parametrizable, comunicable a terceros, el que se puede poner en común y resulta asimilable (Nonaka), nos encontramos con gran parte del problema que presentan muchas organizaciones, especialmente las industriales y de tamaño pequeño o muy pequeño. Esta misma introducción ya la hacía meses atrás en otra entrada. En esta ocasión me quiero centrar en la forma en que ambos conocimientos se relacionan entre sí y con las propias personas de la organización. Una primera situación la podemos tener a la hora de contemplar el origen del propio Conocimiento y que, a su vez, podemos tomarlo como fuente directa de información para captarlo.
Otra forma de gestionar el Conocimiento puede ser la de transformar uno en otro, de modo que el Tácito lo llevemos a Explícito y tratemos de rentabilizarlo o de sacar el máximo partido al tomado del exterior.
Por último apunto otra posibilidad cual es la de contemplarlo desde la óptica individual o grupal en la propia organización Utilizando estas Tablas (ver entrada anterior y referencia a la Ventana de Johary) u otras que se podrían construir, podemos buscar una mejor Gestión del Conocimiento de la organización.
INDIVIDUAL | COLECTIVO | |
EXPLÍCITO | Se sabe el ¿QUÉ? | Se acumulan BUENAS PRÁCTICAS |
TÁCITO | Se conoce el ¿CÓMO? | Se acumulan PROCEDIMIENTOS |
¿Has catalogado el Conocimiento Tácito de que dispones? ¿Y el Explícito? ¿Cómo los gestionas?