Retomo una vieja entrada de El Laboratorio
El Laboratorio ha tenido la inmensa suerte de acceder a un banco de ideas de emprendedores y de poder compartir las mismas. A partir de estos datos, las ideas, el Laboratorio ha procedido a segmentarlas en diferentes criterios y estudiar cada uno de ellos de forma separada para realizar un análisis posterior.
En este caso quiero centrarme en un tema exclusivamente, dejando para más adelante otros aspectos. El tema es de la máxima importancia en cualquier idea de emprendedurismo y se da la circunstancia de que se repite en todas ellas como un elemento a mejorar e incluso a incorporar por estar ausente. Todos los emprendedores tenían la idea perfectamente definida, estructurada, conocían las implicaciones operativas “de dentro” de la idea e incluso “hacia atrás” caso de haber cadena o proveedores previos.
Todo lo que dependía de ellos lo tenían presente... pero a prácticamente todos les faltaba una cosa: Si bien tenían identificado el cliente, NO tenían definida la forma de “enganche”, la forma de acercarse, de llegar, de hacerle conocedor del producto/servicio. Fallaba el “hacia adelante”. No es suficiente con identificar al cliente, es necesario definir “cómo nos conocerá, cómo haremos para sentarnos con él, que nos reciba para poder contarle nuestra idea”. Reconozco que es el tema más complejo pero es determinante y no puede obviarse. “Si la idea no la conoce el cliente, no será válida”