Nos lleva a lanzar una hipótesis sobre las leyes que rigen dicho fenómeno.
La Gestión del Conocimiento tiene una de sus bases en la observación de los fenómenos que ocurren. Es una de las bases del método científico. Primero está la observación. Cuando observamos un fenómeno y nos preguntamos el por qué se produce, estamos empezando el camino que denominamos Gestión del Conocimiento. Es el inicio del método científico. Dicha observación requiere ser muy metódica ya que implica conocer el máximo de información sobre la misma: cuándo se produce, qué situaciones la provocan, que situaciones no la provocan, qué hace que se dé en más intensidad o en menos, etc. Todo ello nos lleva a lanzar una hipótesis sobre las leyes que rigen dicho fenómeno. Luego vendrá el método experimental para demostrar las correlaciones entre el fenómeno y nuestra hipótesis. Y así sucesivamente hasta llegar a la tesis o confirmación científica de que hay unas leyes que rigen dicho fenómeno. Hasta aquí el tradicional método científico y que ha sido de utilidad preferente en la escala macro. Posteriormente también se ha aplicado a la escala micro y ha provocado la aparición de nuevas técnicas de observación/análisis. El progreso es acelerado. Pero ¿qué sucede cuando no podemos observar la realidad, cuando nos encontramos en la frontera del conocimiento e incluso el fenómeno no es observable? En estos casos hablamos de hipótesis en sentido abstracto, es decir “tiene que haber un algo que explique dicho fenómeno” ó “dicho fenómeno se dará alguna vez, no ahora, ya que hay leyes que lo predicen”, y así sucesivamente. Ejemplos tenemos muchos y algunos muy populares como el gran hito del 2012 al descubrirse el bosón de Higgs, o la realidad de que el espacio es curvo y en continua expansión, de lo que se deduce que colapsará, o tantos otros. El que nosotros no observemos ciertos fenómenos no quiere decir que no existan, obviamente, así como la observación por sí misma no conduce a leyes explicatorias de dichos fenómenos. La Observación es necesaria pero, desgraciadamente, no siempre es suficiente. Es necesario mejorar sistemáticamente los mecanismos de observación, disponer de mayor cantidad de información y de sus derivaciones, implicaciones cruzadas, etc. ya que hay fenómenos que se alimentan de otros o que provocan otros que a su vez los retroalimentan. Es necesario dedicar tiempo, esfuerzo y saber hacer al fenómeno de la Observación, de implementar técnicas que lo agilicen (máxime ahora que se dispone de tanta información). Los tiempos de oscurantismo donde las cosas se producían por designios del Olimpo (u otras divinidades), por azar del destino, etc. ya deberían haber pasado, no podemos volver a caer en la tentación de asignar cosas a “fuerzas ocultas”. La Observación está en la base misma de nuestra civilización y muy posiblemente fue el primer paso de la Humanidad. ¿Crees que estamos volviendo a tiempos en los que se tiende a explicar cosas mediante el recurso a “fuerzas ocultas”?