Al hablar del proceso Innovador y hace relativamente poco publicaba un artículo en la revista Directivos & Gerentes sobre “4 errores comunes en el proceso innovador” y que, en lenguaje negativo, trataba de llamar la atención sobre los errores que se suelen cometer en dicho proceso. En esta ocasión prefiero utilizar lenguaje positivo y señalar los cuatro pasos que considero necesarios para innovar, aunque con el añadido tal y como indica el título de “en la organización”. Si la innovación es un proceso mediante el cual transformamos una entrada en una salida que posea valor sobre aquella, queda claro que el elemento específico de la innovación es el que hace referencia a la “salida”: Tiene que ser novedoso, diferente, radicalmente mejorado con respecto a lo existente y llegar al cliente con éxito. La “entrada” puede ser una necesidad o expectativa no satisfecha (incluso oculta) de los clientes o una propuesta lateral desde el propio innovador. Prácticamente con esta breve definición ya tenemos señalados los cuatro pasos para innovar “en la organización”. Primero: Definir el objetivo, quiénes somos, quién es el destinatario y qué demanda o qué le ofrecemos. Este primer paso suele ser el menos utilizado en las organizaciones ya que no se suele utilizar la reflexión estratégica que enmarque la estrategia de innovación o las líneas estratégicas de innovación y que son particulares de cada organización. Primer paso ineludible: Hacer una reflexión estratégica para definir las líneas estratégicas de innovación Segundo: Pensar y poner en marcha la creatividad para generar ideas de proyectos con los que hacer realidad aquellas líneas anteriores. Cada cual en la organización puede tener su idea de la mejor forma de hacer realidad las líneas estratégicas de innovación, incluso la Dirección puede tener la tentación de definirlo directamente. Es bueno que sea el equipo definido al efecto el que desarrolle la metodología y genere ideas creativas para hacer realidad las líneas. Tercero: Seleccionar el PROYECTO para llevar a cabo la idea surgida de la creatividad. Tendremos, seguramente, varias ideas fruto de la Creatividad pero ¿cuál poner en marcha? ¿Cual pude ser mejor que otras? Necesitamos un sistema claro para ponderar y seleccionar las ideas finalistas. En ocasiones será una sola, pero tenemos que acertar en su elección y transformación en proyecto que será necesario gestionar hasta su final, hasta haber culminado la idea y su transferencia al mercado. Cuarto: Reflexionar sobre lo conseguido, analizar los resultados y aprender para la mejora de todo el proceso en posteriores proyectos. Una innovación, por brillante y exitosa que sea no puede alimentar a una organización (o a una persona) para siempre. Se requiere replicar el proceso, incluso llevar varios proyectos en paralelo. Se requiere aprender de lo hecho, mejorar de forma iterativa el proceso en cada nuevo proyecto, optimizar la forma de repetir los pasos, verificar si lo conseguido está realmente enfocado con el objetivo o ha sido una derivación, ver la aceptación para posterior reenfoque, etc. Estos 4 pasos son, una vez más, la repetición del proceso PDCA que debería estar siempre presente en nuestros desarrollos o proyectos. En este caso en el proceso innovador. Concluyo mi reflexión con una nueva entrega de técnicas para poner en práctica la creatividad, el análisis estratégico con nuevas soluciones para problemas tradicionales. En este caso "los 6 porqués". Innovar requiere método ¿Crees que es posible innovar sin método?
Comentarios
- Mar, 07/05/2013 - 21:03— responderGracias comentario, nos escribimos en grupo LinkedIn
- Mar, 07/05/2013 - 17:58— responderGracias Paco, muy interesante reflexión. Nosotros, en el proyecto ExtremeFactories usamos una aproximación que añade una etapa al proceso. Teniendo en cuenta que el proceso de innovación debe nacer de la reflexión estratégica, como apuntas, nuestro ciclo propone Ideación - priorización - implantación - follow-up (evaluación). Te he comentado en LinkedIn pero repito aquí. Saludos