La Inteligencia Artificial IA la tenemos muy asociada a las grandes organizaciones pero sus principios pueden empezar a aplicarse, de forma más modesta, en las pequeñas empresas y con los recursos disponibles.
Podemos partir de entender la Inteligencia Artificial (IA) como cualquier programa de software que consigue que un ordenador haga lo que habitualmente hacemos las personas en cualquier sector o actividad.
Desde este punto de vista la IA viene a ser una mezcla de capacidad de análisis (muy avanzado) y su automatización de modo que se puede ir sustituyendo la que realizamos habitualmente las personas.
Con lo anterior en mente se puede ver más fácilmente que la IA es de gran aplicabilidad en aquellas actividades, operaciones o rutinas que se repiten constantemente y en gran cantidad de ocasiones. Es a partir de disponer de gran cantidad de datos cuando se puede hacer realidad dicha analítica avanzada para favorecer la toma de decisiones.
Dicho de otra forma si no disponemos de datos no podemos aplicar IA o si disponemos de pocos datos no hace falta aplicarla.
Casi sin darnos cuenta nos vamos rodeando de aplicaciones o de escenarios en los que está presente la IA: Venta “on line” de música y libros que se adapta a nuestros gustos, oferta vacaciones (viajes, hoteles, rutas…), oímos y leemos que el avance en este terreno es exponencial y que en poco tiempo estaremos inmersos en un océano de IA que llegará a nuestras actividades cotidianas de vida personal y laboral.
¿Pero es aplicable a mi pyme? ¿Está a mi alcance?
De entrada la respuesta es SÍ. Pero vayamos por partes para evitar falsas expectativas y subsiguientes frustraciones.
Ya se ha comentado que la premisa es tener datos (muchos datos) de operaciones que se repitan constantemente. Si tenemos una máquina que realiza una operación repetitiva y sistemáticamente tenemos una potencial aplicación de IA. Más fácil que una cafetera de cafetería pocos ejemplos podríamos traer. Pero vayamos más allá en ejemplos de pymes: máquina que prensa o estampa repetidamente en ciclo cerrado, máquina que pinta piezas en una cadena de producción, empaquetado automático de objetos en línea, teclear albaranes de salida de venta o de recepción de pedidos, pesaje de productos, etc. etc.
Todos estos datos están constantemente produciéndose y en tiempo real por lo que disponer de la IA nos puede ayudar a tomas decisiones inmediatas para conseguir nuestros objetivos.
Aquí viene el “quid” de la cuestión: ¿Para qué quiero la IA?
Los estudios al respecto indican que el objetivo más buscado es el de mejorar nuestro producto/servicio, mejorar la productividad vía optimización de operaciones, generar nuevos productos/servicios,…
Una vez identificado el objetivo es cuestión de investigar la tecnología más apropiada para conseguirlo ya que, con mucha probabilidad, ya estará disponible.
Veamos unos cuantos ejemplos de aplicaciones ya existentes y de utilización en Pymes:
- Mantenimiento predictivo en instalaciones industriales: Partiendo de los datos que constantemente suministran sensores de todo tipo podemos saber el estado de las máquinas (y procesos asociados) y las oscilaciones alrededor de los intervalos de seguridad que hayamos fijado. Ello nos dará información predictiva de potenciales fallos antes de que ocurran y, con ello, evitar paros, averías, etc.
- Asociar el diseño de producto a las demandas personalizadas del mercado: De cada pedido/persona podemos conocer la información repetida, sistemática que configura un perfil de dicho cliente/mercado y ello nos facilitará el diseñar los productos más le interesan. Es aplicar a la fabricación lo que nos hacen las cadenas de venta “on line” cuando nos recomiendan otros libros o discos…
- Aprender de las reclamaciones, errores, accidentes…: la presencia de reclamaciones asociadas a problemas son una fuente de información sistemática y repetitiva que puede analizarse para rediseñar el proceso del producto/servicio desde su origen para evitar dichos problemas.
- Resolver dudas internas: Aquellas dudas de la organización, consultas entre compañeros, a recursos humanos, etc. pueden ser analizadas en directo para resolver las causas originales y evitar su repetición que puede conducir a accidentes, malos entendidos y su asociación con el clima laboral,…
- Lo anterior, además, puede conducir a diseñar planes de formación personalizados o segmentados por grupos de personas.
- Adaptar nuestra oferta de producto/servicio en función de quién visita nuestra web y lo que sabemos de dicho cliente o potencial cliente.
- Saber en tiempo real y acumulado lo que vendemos, en qué franjas horarias y a qué tipología de clientes ya que nos puede permitir personalizar el momento de la venta.
Y así un largo etc. que va e irá creciendo sistemáticamente a la vez que acercándose a nuestras vidas cotidianas.
La pymes presentan una serie de desventajas en este terreno como puede ser la disponibilidad de recursos económicos pero no es menos cierto que las aplicaciones disponibles hoy en día ya están al alcance de cualquier pyme una vez tenga claro su objetivo e identificadas aquellas operaciones de las que puede disponer de gran cantidad de datos para analizar.
En ese momento hay que dejarse aconsejar por especialistas que recomienden la aplicación más útil a nuestras necesidades y compatibles con nuestro presupuesto. Algunas de ellas las podremos tener en nuestros propios teléfonos actuales.