La Innovación de producto es la que más fácilmente reconocemos ya que se ve, se puede apreciar en directo y se llega a utilizar. Un ejemplo cotidiano son los teléfonos móviles, aparatos sobre los que no sabíamos nada hace 20 años y bien poco hace 10. Veamos un caso concreto: Motorola (aún recuerdo el “ladrillo” que supuso mi primer móvil allá por 1994) lanzó al mercado el modelo Razr en 2004 (hace cuatro días) y supuso una innovación en producto de primera magnitud, tanto por su diseño plano como por sus utilidades. Algo similar pasó con el Nokia 5125 o con el Nokia 95. Podemos decir sin ninguna duda que Motorola y Nokia eran los líderes y pioneros en el mundo de la telefonía móvil. Puede que hoy en día haya personas jóvenes, usuarias de teléfonos, que no sepan incluso que existe una empresa que se denomina Motorola. Estos modelos fueron avances importantes, fueron innovaciones claras de producto y aquí viene la paradoja: Las innovaciones de producto son efímeras en ciertos campos. Apenas unos años después han sido sobrepasadas y casi nadie las recuerda. Voy a centrarme en este tema, en esta paradoja. Los productos y máxime los de utilización directa por las personas individuales en su vida cotidiana están sujetos a una gran presión de los competidores. No hay mayor mercado que el de la suma de todas las personas individuales y por ello se tiende a innovar lo más cerca posible de la persona individual. La telefonía móvil es un ejemplo, pero podríamos poner cientos de ellos. La presión de los competidores hace que la vida media de dichas innovaciones sea muy corta, incluso efímera y que obligue a continuos saltos. En el caso de que los lanzamientos estén alternados (entre competidores) la vida es tan corta como lo que tarden los competidores en hacer su nuevo lanzamiento. Es una carrera en la que se presentan dos limitaciones:
- Por un lado el coste de cada nuevo lanzamiento y su asociación al precio que el mercado puede pagar por ello.
- Por otro lado el ciclo de vida de dicho nuevo producto.
Pongo este ejemplo, por su evidencia en lo que vemos continuamente en nuestras vidas, para llamar la atención de que la Innovación en Producto, cuando está sólo ligada al producto, corre el peligro de ser demasiado corta y ligada a la influencia de la competencia. Es conveniente y en ocasiones necesario, innovar en servicio asociado al producto para lograr ventaja competitiva. Si somos capaces de asociar un servicio al producto habremos ganado en dos direcciones:
- Más difícil de imitar o seguir
- Ciclo relativamente más largo para el producto.
Es lo que han hecho Apple y Google con sus servicios asociados a la telefonía móvil. Innovación en producto: siempre. Innovación en servicio asociado al producto: muy conveniente. ¿Crees que muchos productos podrían llevar asociado un servicio? ¿Crees que la innovación en producto es suficiente para diferenciarse?