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La innovación del emprendedor trata de buscar un nicho de mercado que, una vez saturado, pierde interés y desaparece hacia otro nicho que genere potencial.

Gran parte de la explicación del éxito innovador de las pequeñas empresas emprendedoras (el tamaño de la empresa y la acción emprendedora están estrechamente correlacionadas en sentido inverso) es la libertad que tiene el emprendedor a la hora de innovar debido a la inexistencia las ataduras que sí tiene la gran empresa. Debería haber, pues una Influencia de la Innovación en la Capacidad Emprendedora. La Small Busines Administration (SBA, 2003) de los EEUU, después de analizar una muestra de Pymes de dicho país que han registrado 15 o más patentes entre 1996 y 2000, concluye:

  • Las patentes de estas empresas son más citadas que las de las grandes empresas
  • Son patentes con mayor relevancia técnica
  • Producen más patentes por empleado
  • Son patentes más ligadas a su I+D interna
  • Están más relacionadas con el entorno tecnológico.

La innovación del emprendedor trata de buscar un nicho de mercado que, una vez saturado, pierde interés y desaparece hacia otro nicho que genere potencial. En España, los datos citados no muestran correlación de la actividad emprendedora con la innovación. Las actividades emprendedoras no se sustentan básicamente en la innovación. Los datos del GEM para el caso de España revela que de las 4.070 iniciativas 1.115 aportan un producto o servicio completamente nuevo, mientras que 371 no aportan ninguna innovación. El resto introducen alguna innovación interna o para los clientes, sin que supongan novedad en sentido absoluto.   La lectura de estos resultados pone de manifiesto la precaria situación española respecto de la Influencia de la Innovación en la Capacidad Emprendedora y la urgencia de la revisión de su incorporación en el mismo Similares resultados arroja el EIS de la Comisión, cuyo análisis (2004) coloca a España en una situación en la que en torno al 70% de las empresas españolas no es innovadora, o declara no realizar ningún tipo de innovación, siendo el porcentaje más alto de la UE-15 exceptuando Grecia. A la luz de estos resultados, la innovación y la capacidad para emprender en España parecen no encontrar el basamento adecuado para desarrollarse. Las recomendacion es pasan por:

  • Abandonar las prácticas competitivas basadas en precios o renovación de medios productivos y sustituirlas por estrategias de diferenciación basadas en la innovación de producto o proceso y en la creación y adaptación de nuevas tecnologías.
  • Convertir las actividades de innovación e I+D y la publicidad de los resultados consecuentemente obtenidos, en una práctica habitual y sistemática.
  • Incluir en su estrategia la gestión de tecnología (protección y explotación de la tecnología propia y adquisición de tecnología ajena), e I+D.
  • Incorporar la tecnología, especialmente las TIC, al funcionamiento diario de las empresas y a sus planes estratégicos. El uso de las TIC permitirá además aumentar la eficacia de sus procesos de innovación tecnológica de las empresas, en las etapas de diseño, producción y comercialización.
  • Adoptar una actitud favorable y pro-activa a la incorporación de las tecnologías al trabajo, tanto por los empresarios como por los trabajadores.
  • Las empresas proveedoras de tecnología han de vender soluciones en vez de tecnología, de tal modo que las PYMES comprendan totalmente los beneficios derivados de su uso.
  • Realizar un seguimiento de la incorporación de las TIC a la empresa, a través del análisis de la mejora de la eficiencia de los procesos y el ahorro de costes.
  • Colaborar activamente con las Administraciones Públicas en la elaboración de políticas de innovación y ayudas institucionales a la creación de nuevas empresas.
  • Cooperar de manera estable con grupos académicos de I+D de su especialidad y CPI, para la creación de centros mixtos de I+D. Es importante para ello que las empresas dispongan de personal debidamente cualificado para iniciar y mantener estas relaciones de cooperación
  • Desarrollar redes de empresas, que no sólo permiten compartir conocimiento, riesgo y costes sino que son cauces adecuados para trasladar las inquietudes empresariales a los poderes públicos, las universidades y los centros de investigación
  • Reclutar personal cualificado para las actividades de innovación e I+D. Para ello, las empresas deben tener en cuenta los programas públicos de incorporación de investigadores y tecnólogos al tejido productivo, que rebajan considerablemente el coste de incorporación y adaptación de profesionales a las necesidades de las empresas.
  • Sistematizar los procesos de formación continua del personal para la asimilación de tecnología y el incremento de la eficacia en su incorporación a los procesos productivos. Los empleados han de ser formados de modo continuado, no sólo en materia específica de su puesto de trabajo, sino también en gestión empresarial, y uso de nuevas tecnologías.

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