“La conectividad de las máquinas y el análisis de grandes cantidades de datos en tiempo real dibujan nuevos modelos de producción y sistemas de fabricación...” Así empezaba un artículo de La Vanguardia que llamaba la atención sobre la necesidad de mejorar la eficiencia y aumentar la productividad de las plantas industriales. Se refería a la Industria 4.0
En un artículo anterior me refería a las “claves para nuestra competitividad industrial”, donde también hacía referencia a la necesidad de mejorar nuestra competitividad en un sector de la importancia del industrial. La industria no es “cosa del pasado” como parecía que se nos quería convencer con el advenimiento de los servicios y la revolución (burbuja) de las .com. La industria es una fuente de valores reales, no de burbuja, a la vez que factor clave de competitividad y crecimiento. A estas alturas del siglo y después de los vaivenes de los últimos 15 años parece que ya nadie duda de ello. En estos momentos disponemos de avances tecnológicos para hacer realidad la Industria 4.0:
- - Innovación tecnológica creciente
- - Diseño real y virtual interconectados
- - Planificación e ingeniería apoyados en nntt para hacer simulaciones
- - Auto programación y autorregulación mediante automatismos pilotados en control remoto
- - Gestión de información, bases de datos, para mejorar continuamente los procesos
- - Optimizar las operaciones para generar menos residuos y consumir menor cantidad de energía.
En definitiva, la Industria 4.0 implica la integración de las tecnologías de la información, las comunicaciones y la automatización y robotización en todos los procesos operativos. Todo ello mediante software ya existente. Las ventajas se concluyen en: - Diseño más rápido, más seguro y más adaptado a la realidad: Toma de datos en directo, mediante bancos de datos y posibilidad de simulaciones virtuales sobre comportamiento del producto/servicio. - Una producción más eficiente mediante el control optimizado de los procesos, con menor consumo de energía y menor generación de residuos. - Incorporando nuevos materiales para hacer posible los dos anteriores puntos. - Disminuir los plazos de puesta en el mercado, fruto de todo lo anterior. Ello hace posible una mayor rotación y ganancia de competitividad. - Mayor flexibilidad productiva para poder ofrecer mayor diversidad de productos, incluso personalizar El aporte de Conocimiento asociado a la Industria 4.0 es una ventaja competitiva de primera magnitud. Queda por resolver la inversión necesaria y para ello aparecen dos nubarrones en nuestro tejido industrial: Tamaño y dificultad de crédito. Pero la solución ya existe. ¿Crees que la Industria Española puede perder el tren de la Industria 4.0?