El informe “Crecimiento y competitividad, motores y frenos de la economía española” de la Fundación BBVA-IVIE señala en su introducción que “... en el fondo esta es una crisis de competitividad de buena parte del mundo desarrollado...”. Vayamos por partes, ante una afirmación como la anterior, no demostrada por los autores como base de la crisis cabe cualquier opinión sin demostrar. La productividad o la falta de la misma puede ser un freno para la salida pero no ha creado la crisis. Una vez dicho lo anterior veamos, siguiendo con dicho informe de obligada lectura para conocer más fielmente la situación de competitividad española, las propuestas de mejora de la competitividad, las alternativas que se proponen para España. Menciona las siguientes vías para acercarnos a los patrones de nuestros vecinos más desarrollados:
- Rentabilidad de las empresas
- Productividad de sectores y regiones
- Yacimientos de empleo
- Avance de la economía del conocimiento
- Diversificación y sofisticación de las exportaciones
Para ello se recomiendan acciones previas como:
- Devaluación interna: lo que estamos sufriendo en 2012-2013. Se supone que ello reducirá costes (y precios) para ganar competitividad. El propio estudio prevé un proceso muy lento para lograr resultados. Además va asociada a estímulos en Europa que fomenten la demanda de bienes y servicios españoles.
- Completar el saneamiento financiero y normalizar el mercado de deuda pública. No dice la forma en que se resolverá la interdependencia de bancos-gobiernos para que unos compren deuda y éste los salve. Lo deja a la voluntad europea.
- Redefinir la dimensión del sector público
Hasta aquí la propuesta y que, al parecer, es la que se está aplicando. Acciones económico-financieras y esperar que el resultado afecte posteriormente a la economía real. El resto ya entra en las declaraciones de buenas intenciones: Más capital humano, tecnologías de la información y del conocimiento, tamaño empresarial, gestión de la innovación, internalización, apostar por el conocimiento, En definitiva (aunque suene a caricatura): decisiones rápidas y contundentes sobre el sistema financiero y a esperar que den resultado con el beneplácito de Europa. A sufrir la devaluación interna lenta y confiar que no se alargue demasiado, nos estrangule y no podamos seguir. El resto las buenas intenciones de siempre. ¿Dónde queda la innovación como base del cambio? ¿Qué competitividad será la resultante? ¿Qué papel nos quedará a jugar en el concierto de nuestro entorno? ¿Es la única alternativa posible? ¿Crees que se está siguiendo el camino adecuado para el cambio y salida de la crisis?
Comentarios
- Vie, 06/09/2013 - 10:26— responderMe gustaría Paco que no se diera por cerrado este debate de ideas, el documento que se ha estado comentado entre nosotros es muy amplio y profundo. Si te parece se podría abrir el abanico a la participación de todos aquellos seguidores interesados en aportar ideas sobre las expectativas a corto y medio plazo en la economía y las empresas españolas, todo ello relacionado con el apasionante mundo de la innovación.
- Vie, 06/09/2013 - 16:41— responderVicente, me parece bién pero no sé cómo hacerlo. Mi post ha estado toda esta semana en varios grupos en LinkedIn pero el aporte de ideas o comentarios suele centrarse más en el título que en los contenidos del enlace. No sé como hacer lo que me pides. ¿tienes alguna idea? Puedes contar conmigo.
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- Mié, 04/09/2013 - 19:36Hola Vicente, gracias por el comentario. Hay un tema previo en el trabajo ya que cita textualmente a la falta de competitividad como responsable de la crisis y eso no se sostiene en una crisis como la actual. Puede decirse de lo que perdura la crisis en el caso español, pero no de la aparición de la crisis. Yendo a las soluciones, las que plantea el estudio son unas pero no las únicas. Creo que un estudio tan bueno como el citado debería haber puesto, al menos, alternativas para centrarse en una como la indicada. Un saludo